Son raros: bajitos y con cara verde. No sé dónde viven, pero son muy amigables. A veces me cuentan sus historias o me gritan cosas raras que no entiendo, pero parecen enojados cuando lo hacen. ¡Basta! Ahora no. Río. Las paredes se volvieron repentinamente blancas. Mis ojos. ¡Mis ojos! Grito. ¿Quién sos? ¡No! No. De los trembufos. ¡De los trembufos! ¡De los trembufos! ¡De los trembufos¡ Basta. Qué árbol más raro. Río. ¿Y esos gritos? Ahora no. ¡Shhh! Basta. Grito. ¿Qué? La mujer con cara de mala. Tenemos que irnos. ¡Dije que nos tenímos que ir, viene a robarse mi calor! Grito. ¿Por qué hay una pared que no me deja caminar? Grito. Mis manos...¿Dónde están mis manos? Le dije a la mujer con cara de mala que me suelte, que no quería que me ate las manos. Yo sé que no lo hace para que quede más linda. Luz. ¿Qué tienen mis manos? Llegó la hora de la merienda...¡me vienen a visitar los Gagus! Wi. Lo único que no me atrae de esta hora es que tengo que tomar estos caramelos con gusto feo que me da la mujer fea. Y ji no gos gomo be bincha gon una aguja. ¡Wi! Veo a un Gagus. Hola, Gagus. Empiezo a ver a la mujer fea borrosa, se va, se va. De los trembuf-...